El nacimiento de un bebé impacta la
pareja y su dinámica significativamente añadiendo a la relación nuevas
emociones y nuevos retos.
Cuando hacemos el compromiso de traer al
mundo a un ser humano, no nos debe sorprender que todo lo que conocíamos como
norma se altere. Aumentan los
niveles de estrés y el sentido de
responsabilidad (individual y social),
las finanzas se impactan, y se compromete significativamente nuestro
tiempo.
En un estudio realizado por los Drs. Gottman
en cuanto a la satisfacción marital, se encontró que hasta un 70% de las parejas reportan disminución en
la satisfacción marital durante el primer año luego del nacimiento del bebé. Estas parejas reportan que pelean más y
que tienen menos intimidad emocional. Esto, a su vez, tiene unas consecuencias negativas en la relación de pareja
pero también en la crianza y desarrollo del bebé. Por esto debemos de prepararnos como pareja para la llegada
de nuestro descendiente y para afrontar los nuevos retos como una familia.
¿Cuáles son los retos más comunes que
reportan las parejas durante el primer año del bebé?
La desigualdad en las labores. La tarea del cuidado del bebe tiende a recaer mayormente en la
madre. Si bien es cierto que la díada de bebé/mamá es imprescindible para el
sano desarrollo y crecimiento del bebé, es cierto también que el padre puede
asumir un rol activo en su participación durante esta etapa. Papá puede ofrecer
medidas de comfort a mamá, realizar otras tareas en el hogar mientras mamá esta
con bebé, y/o cambiar pañales, bañar al bebé, cargarlo, etc.
La comunicación. La comunicación es otra de las área de
mayor reto durante esta etapa. Se
hace más difícil comunicarnos asertivamente pues la mayor parte del tiempo se
consume en el cuidado del bebé. Un factor esencial es los patrones de sueños
alterados que nos predisponen a estar menos tolerantes y más irritables. Lo que
a su vez dificulta la comunicación efectiva. Se recomienda que las parejas
logren establecer un tiempo del día para comunicar su sentir y hablar de temas
de interés no relacionados al bebé.
Las finanzas. La llegada de un bebé presenta gastos impredecibles lo que
redunda en presiones y estrés adicional. Además, no es poco común que un
miembro de la pareja decida dejar de trabajar fuera del hogar para cuidar al
bebé. Esta decisión tiene unas implicaciones para quien continuará en su
trabajo regular y quien ahora
siente mayor responsabilidad económica sobre sus hombros. También impacta a
quien decide encargarse del cuido del bebé pues quizás por primera vez depende
de otro para sus finanzas. Este es un tema que si se discute y se planifica creando un presupuesto y
ahorros con antelación se pudiera minimizar su impacto.
Las expectativas.
Cuando nos convertimos en padres, vemos por primera vez una parte de nuestra
pareja que probablemente desconocíamos. Todos entramos en una relación con un
bagaje de creencias y expectativas sobre nuestro rol como madre/ padre y el de nuestra pareja y hasta del bebé.
Cuando estas expectativas no coinciden con nuestra realidad, entramos en un
conflicto emocional interno que puede afectar seriamente nuestra relación.
La mejor alternativa para prevenir
efectos negativos en la pareja antes de la llegada de un nuevo miembro es
prepararse para esta etapa. Es importante crear o reforzar un sistema de apoyo
que nos permita tener tiempo libre fuera del cuidado de bebé para compartir y
continuar nutriendo nuestra relación.
La maternidad/paternidad es una etapa
transformadora que puede resaltar lo mejor de cada individuo y, como
consecuencia, en la pareja. Pero debemos ser activos en el proceso y no
responsabilizar únicamente al bebé por nuestra relación. La realidad es que el factor que mejor predice un ajuste
marital saludable luego de la llegada del bebé es la calidad de amistad que
llevaba la pareja antes de tener al bebé.
Autora: Dra. Marianela Rodríguez-Reynaldo
Psicóloga Clínica