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Este es un un espacio para expresar y compartir todo lo relacionado a la experiencia de la maternidad y la etapa posparto. Te invito a comentar y/o preguntar lo que intereses sobre este maravilloso y transformador proceso. 
"Estamos embarazadas por 9 meses y posparto... toda la vida." Robin Lim

lunes, 28 de julio de 2014

Destete a Destiempo: NO!

Durante la semana mundial de la lactancia (agosto 1-7), se enfatiza la importancia de la protección,  promoción y apoyo para maximizar el logro de una lactancia exitosa. Cónsono con esta misión me gustaría abordar el tema del destete. Frecuentemente comparto con madres que se cuestionan la edad ‘apropiada’ para el destete y desconocen el impacto emocional que conlleva el mismo tanto para ella como para su bebé.

Existen modelos antropológicos que brindan una guías específicas para la edad del destete (e.g., Harvey & Clutton-Brock,1985; Charvon y Berrigam,1993; Lawerence, 1994) . Dependiendo del modelo,  la edad recomendada para el destete del ser humano fluctúa desde la edad mínima de 9 meses hasta pasado los 7 años de edad. Las guías de la Academia Americana de Pediatría (AAP por sus siglas en inglés) recomienda que se lacte a los bebés exclusivamente durante los primeros 6 meses seguido por la combinación de introducción de alimentos complementarios durante  el primer año y continuar la lactancia hasta que sea mutuamente deseado por mamá y bebé (AAP, 2012).

Esta última es la recomendación más útil que puedo ofrecer a las familias con quien trabajo. Como la mayoría de los temas relacionados a la maternidad y paternidad, el momento del destete debe ser también una elección personal basada en las necesidades de la díada.  Los factores que influyen en la decisión del destete van más allá de formulas matemáticas y guías específicas. Entre estos se encuentran los valores y circunstancias socio-culturales, condiciones médicas de bebé o mamá y las actitudes hacia la lactancia.

De vital importancia es conocer que si se decide destetar, este proceso debe ser uno gradual. El impacto del destete abrupto o repentino tiene repercusiones físicas y emocionales en la díada. El infante se puede observar triste y distraído, puede presentar sonambulismo, miedo a la separación y puede comenzar a morder. Además puede presentar un aumento en el apego a la madre durante el día y acogerse a un nuevo objeto de apego como lo es el chupete, una sabanita o un peluche. El bebé puede sentir abandono. También el infante destetado abruptamente puede ser más susceptible a infecciones no solo por la introducción a otras comidas y las posibles alergias a estas sino también porque pierde las propiedades protectoras de la leche materna. Si el infante acepta un método alterno para alimentarse antes de destetarlo esto puede minimizar el impacto traumático de abandono tanto para la madre como para bebé. El destete, de ser totalmente necesario, se debe dar paulatinamente.

En la madre se pueden presentar cambios físicos en su peso y algunas reportan la necesidad de ajustar su dieta para eliminar las calorías que apoyaban la producción de leche durante la lactancia. El destete también provoca el retorno de la menstruación y con este la fertilidad. Cuando el destete es uno abrupto la madre puede presentar inflamación de mamas, sensación de llenado y ductos tapados ya que los humanos pueden continuar produciendo leche por un promedio de 45 días luego del destete.
Se presentan además cambios hormonales en la madre que pueden producir fluctuaciones en estado de ánimo. El destete abrupto puede poner en riesgo a una madre de desarrollar un trastorno emocional posparto y/o de agravar una condición emocional pre-existente. A nivel hormonal el destete produce una reducción repentina en prolactina que ha estado asociado a sensaciones de tristeza, depresión y cambios en estado de ánimo. La madre que desteta a destiempo pone en riesgo su salud emocional.  El destete puede percibirse como una pérdida física y emocional del vínculo de la díada y de una etapa especial en la vida de ambos.
En nuestra cultura el proceso de la maternidad ha sido uno medicalizado que, en parte, ha contribuido a que muchas mujeres deleguen  la responsabilidad en los (as) profesionales de la salud para decidir por ellas el momento del cese de la lactancia. Cuando esto ocurre se arriesga que estas recomendaciones estén basadas en mitos culturales del momento y creencias personales del profesional en vez de la evidencia científica. El destete no es solo un cambio en la dieta del  infante, es también un cambio en la relación entre mama-bebé. Por todo ello las recomendaciones arbitrarias sobre la limitación de la lactancia, que no tienen en cuenta los deseos de la madre y de su hijo (a), son simplemente inaceptables.

El proceso del destete se puede considerar que inicia cuando el bebé comienza a tomar cualquier otro alimento que no sea la leche de su madre y es una etapa más en el desarrollo del niño (a). Idealmente este debe ser un proceso espontáneo donde el bebé va dejando gradualmente el pecho sin ser presionado por la madre u otras personas.  Cada madre tiene que decidir por sí misma, sin presiones externas, el momento adecuado para el destete basando su decisión en las necesidades propias y del niñ@, y no en las expectativas de otros. Dile NO al Destete a Destiempo.