Quiero compartir y reaccionar a la
Declaración de la Organización Mundial de la Salud presentada recientemente y titulada:
“Prevención y erradicación de la falta
de respeto y el maltrato durante la atención del parto en centros de salud “. En su declaración
plantean la alarmante situación que está ocurriendo a nivel mundial en cuanto a
las experiencias de la mujer en el embarazo y particularmente en el parto. Realizan señalamientos sobre la
violencia física y verbal, restricción de libertad, falta de consentimiento
informado y a un trato irrespetuoso y ofensivo que pone en riesgo la vida de la
madre y la de su bebé durante el momento de mayor vulnerabilidad en la vida de
ambos.
Presentan
como alternativas para erradicar y prevenir estas conductas lo siguiente:
1. Mayor respaldo de los
gobiernos y socios en el desarrollo, en relación con las investigaciones y
acciones sobre el maltrato y la falta de respeto.
2. Iniciar, respaldar y
mantener programas diseñados para mejorar la calidad de la atención de la salud
materna, centrándose en la atención respetuosa como componente esencial de la
atención de calidad.
3. Realzar el derecho de la
mujer a recibir una atención de la salud digna y respetuosa en el embarazo y el
parto.
4. Es necesario generar
datos relacionados con las prácticas de atención respetuosa e irrespetuosa, los
sistemas de responsabilidad y el respaldo profesional valioso.
5. Involucrar a las partes
interesadas, incluidas las mujeres, en los esfuerzos para mejorar la calidad de
la atención y eliminar las prácticas ofensivas e irrespetuosas.
Del
primer punto tengo que aceptar que no fue hasta reciente que internalice y
acepté que la salud es una lucha política, especialmente cuando de la mujer se
trata. Ciertamente, si queremos
mejorar el trato y la calidad de los servicios reproductivos que recibimos las
mujeres en Puerto Rico, tenemos que involucrar a los gobiernos. Tenemos que
poder salir a la calle y reclamar nuestros derechos de parir en paz y con
respeto, tenemos que mejorar nuestra capacidad de organizarnos como un solo
frente y presentar nuestros reclamos. Un gobierno que no atiende a sus mujeres
y recibe a sus futuras generaciones en violencia, terminará por destruir a su
país y seremos cómplices todos(as) los que no hicimos nada al respecto.
En
cuanto a la segunda y tercera alternativa sugerida, mi opinión es que debemos
fortalecer la educación e impactar las actitudes y comportamiento de los
profesionales de la salud que trabajan directamente con la mujer en la etapa de
concepción, embarazo, parto y posparto. Es ahí donde vamos a lograr un cambio. Llevamos
tiempo ya apoderando a las mujeres y familiares sobre sus derechos y opciones. Mientras
que estos esfuerzos deben continuar, no parecen ser suficiente ante la
avalancha de poder y control que permean desde las instituciones hospitalarias
y de cuidado materno-infantil.
El punto cuatro nos invita a recopilar
información de las prácticas actuales de atención a la parturienta.
Precisamente este mes de septiembre se llevaron a cabo en el capitolio vistas
públicas dirigidas por la representante Luisa Gándara sobre la Resolución de la
Cámara 965 que iban dirigidas a
investigar el
cumplimiento específico de la Ley 93-2008 conocida como la “Ley para
el Desarrollo y la Implantación de Política Pública para la Niñez Temprana” y
que esta fundamentada, en parte, por la Ley 156-2006, conocida como “Ley de
Acompañamiento durante el Trabajo de Parto, Nacimiento y Post-parto.” Los que allí estuvimos pudimos ser
testigos, entre otras cosas, de la falta de compromiso que existe de parte del
gremio médico al no participar de este proceso, del incumplimiento de la
asociación de hospitales para presentar información que se le solicitó y de la
gran necesidad que tenemos de poder convocar a las madres que experimentan este
tipo de trato a decir presente. Pero más importante aun fue el hecho de
realizar que leyes sin consecuencias no producen frutos.
Por último, me lleno de esperanza en
la humanidad cuando leo este tipo de declaración donde se reconoce a nivel
mundial el maltrato y la falta de respeto que viven a diario las mujeres en uno
de los momentos más importantes de su vida. Continuemos en pie de lucha.
Comparte y riega la voz sobre esta declaración y el cambio necesario que nos
urge.