Para lograr crecer con justicia en
nuestra sociedad es importante no olvidar. Cuando escuché la sentencia de
culpabilidad en el caso de la Dra. Galinaltis de homicidio negligente, no pude
evitar pensar en casos anteriores. No soy experta en justicia pero conozco la
importancia de los precedentes y siempre he preferido pensar que la justicia es
“igual para todos y todas”.
Me di a la tarea de buscar información
de casos anteriores pues, aunque hemos oído de personas que han pasado por una
tragedia similar, no recuerdo que hayan sido declarados culpable.
Efectivamente, el 23 de agosto de 2002
ocurrió una tragedia similar donde un padre, tras un olvido, dejó a su hija de
un año en el auto donde horas más tarde falleció. El 1ro de abril de 2005, otro
padre dejó a su hijo, también infante, varias horas en el carro mientras
trabajaba. Su hijo falleció. Ambos padres fueron absueltos. En ley, ¿esto no se
conoce como precedentes?
¿Porqué a estos padres no se les
encontró culpable como hoy se declaró a la Dra. Galinaltis ?
Una posible explicación fue ofrecida
por el tío y padre de crianza de uno de los acusados en el momento antes del
juicio en el 2005 : "¿Cuál es la diferencia entre estos dos casos y aquél?
Que yo fui senador, soy su tío y su padre...”
Quizás, el poder político en una de las
familias que vivieron esta tragedia en el 2005 pudo haber influenciado la
justicia.
Pero mi opinión es otra. Me parece que
la justicia y la sociedad no miden con la misma vara a las madres y a los
padres. Mientras que ambos viven una vida ajetreada, llena de responsabilidades
económicas y laborales continúa siendo la responsabilidad de la madre, ante el
ojo público, el bienestar y cuidado de los hijos.
La redacción de la noticias en ambos
casos anteriores describen a los padres, uno gerente y el otro fiscal, como
padres ejemplares que “salieron de su rutina” el día del incidente. Casi
exculpando ya el olvido de estos, nos presentan una imagen de padres que no
acostumbran a llevar a sus hijos en el auto, dándonos a entender que no es su
responsabilidad. Ahora, ¿empatizamos así con el caso de la Dra? ¿No era ella
una madre ejemplar también?
Blogs de opiniones se desbordaron desde
que conocimos la noticia de la muerte del hijo de la Dra. Galinaltis. Unos
criticaban la “sensibilidad” con la que se trató a la madre implicando un trato
“preferencial” por su profesión, otros, más rápidos en juzgar, la bautizaron de
“mala madre” y hasta se insinuó la posibilidad de que hubiera hecho esto a
propósito. La Secretaria del Departamento de la Familia, por su lado, nos
invitó a “aprender de estas situaciones” y “establecer prioridades” añadiendo:
“Sabemos que hay que trabajar, que hay que buscar la forma de buscar el
sustento de nuestra familia, pero hay que tener mucho apoyo al lado”. ¿Cual es el apoyo que brinda el gobierno para las madres trabajdoras?
No en pese a los adelantos históricos
que hemos conquistado las mujeres, las diferencias de valoración de género
continúan siendo diametralmente opuestas. Unas veces de forma solapada, otras,
como en el caso que hoy nos atañe totalmente expuestas. Me pregunto si
los padres de los casos mencionados fueron aconsejados, juzgados, o evaluados
porque en la multiplicidad de roles cotidianos, olvidaron a sus hijos en el
auto como a la doctora. Ciertamente hemos aprendido una lección de esta
decisión judicial: la justicia no es ciega ante el género y mucho menos en año
eleccionario.
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