Yo soy Lactivista. Fui una madre lactante y lacté
hasta que mi hijo así lo quiso. Apoyo la lactancia, a las madres que lactan, a
sus bebes y a sus parejas. Pero más allá de Lactivista soy Mujer y apoyo a las
madres. Apoyo su bienestar físico, mental y espiritual para lidiar con la
responsabilidad de la maternidad sobre su ya ajetreada vida y multiplicidad de
roles. Apoyo su derecho a escoger el tipo de crianza que desea para sus
hijos/as y su derecho a escoger su bienestar. Apoyo la diversidad y el trasfondo
de cada mujer antes de ser madre y después. Por esto, apoyo la toma de decisión
de cada mujer, esté de acuerdo con ella o no.
Veo mi labor como una de empoderamiento. Llevo la
información basada en evidencia fidedigna para que cada madre que conozco pueda
tomar su propia decisión basada en información real validable. Reconozco las
recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría y doy fe por conocimiento
propio del bienestar de la lactancia para la díada y el apego indescriptible
que produce.
Por otro lado y no menos importante, me preocupa
que en el esfuerzo de educar e informar sobre los beneficios de la lactancia
podamos estar dejando marginadas a un grupo vulnerable de madres que no
encuentran espacio para recibir apoyo. Para un 20% de las madres la maternidad
no llega bendecida de alegrías. Estas son las mujeres que desarrollan un
trastorno de ánimo posparto para las que por su condición el mensaje llega
distorsionado. Ellas escuchan
mensajes como estos:
"Si
decides no lactar….eres una mala madre.
Si tienes
dificultad en lactar…es que estas haciendo algo mal.
Si no
disfrutas de la lactancia…tu instinto maternal no anda bien.
Si la
relación de la lactancia no fluye…eres incapaz de hacer lo que otras madres
logran naturalmente.
Si dejas
de lactar…continuaras fracasando como madre."
(Adaptado de “Is Breast Always Best?” de Karen
Kleinman)
El malestar que producen estos sentimientos pueden
ser obvios en la lectura, pero la
magnitud de su efecto en la vida de una madre que ha experimentado una depresión
posparto es devastadora. Los sentimientos de culpa, vergüenza, aislamiento,
abandono, y fracaso se suman a los síntomas específicos de la condición y se
convierten en barreras adicionales a la recuperación.
Cada mujer-madre tiene su historia personal.
Debemos de ser cuidadosas en no convertirnos en jueces de la vida de otras. Apoyemos
lo que sabemos es la mejor nutrición para un bebé, sin dejar de ser prudentes
cuando emitimos juicios frente a las decisiones de otros, más aun sin conocer
los pormenores individuales de esa madre. Las madres que optan por alimentar a
sus bebes con formula no lo hacen por negligencia, ni porque no desean lo mejor
para su bebé. Mi experiencia ha sido que existe multiplicidad de razones por
demás significativas, muchas veces dolorosas, para esta decisión.
Celebremos la semana mundial de la lactancia con
respeto. No necesitamos más divisiones entre las mujeres y mucho menos entre
madres. Todo lo contrario necesitamos mayor tolerancia y solidaridad en este
trabajo humanitario de la crianza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario