Como entender que después de un embarazo tan saludable y tan bueno, se me volcaran
encima tantas emociones que no sabía como manejar. Pasé nueves meses espectaculares,
sin ningún síntoma de la llamada mala barriga. Dormía bien, comía super bien, nada me daba
malestar, hice yoga hasta días antes de dar a luz y en las noches hacia las respiraciones que
aprendi en las clases de parto. Trabajé hasta una semana antes de dar a luz. Todo estaba
listo para recibir a mi criatura, al menos eso pensaba. Como llevaba años haciendo yoga,
haciendo respiraciones y “meditando” pensaba que estaba más que lista para recibirla.
Tuve a mi hija en el hospital, a pesar de que en algún momento pensé tenerla en casa, la verdad es que me daba miedo esa alternativa, así que la descarte por completo. Al tener a mi hija en brazos, sentí mucha emoción, sobretodo porque durante todo mi embarazo no quise saber su sexo y fue muy emocionante descubrir que era una niña. La tuve de madrugada y cuando se la llevaron al procedimiento de rutina no podía dormir, porque mi adrenalina estaba activada. Y ahí fue cuando se activó mi primer pensamiento de miedo “Y si yo soy de esas madres que no quiere a su hija”. Toda la vida había escuchado esas historias y por un momento pensé que yo podía ser una de ellas. Tan pronto la recibí de vuelta, ese miedo se desvaneció, pero no sabia que se avecinaba un huracán de miedos y asuntos sin resolver.
Los primeros meses diría que los pasé en automático. Era despertar, cambiar pañales, dar teta, dormir, despertar, cambiar pañales, dar teta y el ciclo se repetía una y otra vez. Es casi imposible enterarte de algo, todo tu mundo gira en torno a eso. Es como si todo tu mundo se paralizara, pero a la misma vez todo se acelera de manera descomunal...no tenía tiempo para mi!!!! Eso empezó a asustarme y a llenarme de tensión. Lo comencé a sentir en mi mandíbula, la apretaba con mucha fuerza y no lo hablaba con nadie.
Silencié mis miedos, mis ansiedades y todas mis emociones, porque eso fue lo que aprendí toda mi vida, porque no tenia tiempo para hablarlo con nadie, porque no sabia como expresar lo que sentía y porque me daba susto hablar de lo que sentía...debo añadir que también vergüenza...yo era tan fuerte, como iba a ser que no pudiera con la maternidad. Se que muy dentro de mi algo me decía que no me debía sentir así, no se supone que estuviera super feliz porque al fin era madre, no se supone que estuviera rebosante de alegría con mi criatura... pues no lo lo estaba y no sabia lo serio que se estaba poniendo el asunto. A esto le añado la expectativa que todos tenían sobre mi sobre lo super madre que debía ser. Recuerdo como hoy, una noche que mi compañero se retorcía de un dolor abdominal en la casa, por el cual tuvo que ser llevado a emergencia por un vecino, mi niña me vomitó encima de una manera que me asustó mucho por la cantidad que fue y no había evacuado en todo el día...se activaron todos los miedos...y si enfermaba...y si mi esposo le pasaba algo y yo me tenia que quedar sola cuidando de ella y si a mi me pasaba algo, que iba a comer ella...etc, etc.....a esto le añado que el niño que vivía en el apartamento de abajo había muerto ese mismo día y yo escuchaba cuando la madre gritaba pidiendo auxilio. Ah, no puedo olvidar añadir que el novio de mi ahijada hacia unos días había muerto a raíz de un accidente de tránsito...tanto dolor a mi alrededor, tantos miedos!!!! Y yo seguía en silencio!!!
Un día no pude mas y le dije a mi esposo, voy a buscar ayuda no me estoy sintiendo bien. Como el siempre me ha visto tan fuerte, me dijo Ah bueno yo creo que tu lo puedes manejar, pero si quieres, pues te apoyo. Buscar ayuda adonde no sabia a donde ir, pensé en llamar a mi
Tuve a mi hija en el hospital, a pesar de que en algún momento pensé tenerla en casa, la verdad es que me daba miedo esa alternativa, así que la descarte por completo. Al tener a mi hija en brazos, sentí mucha emoción, sobretodo porque durante todo mi embarazo no quise saber su sexo y fue muy emocionante descubrir que era una niña. La tuve de madrugada y cuando se la llevaron al procedimiento de rutina no podía dormir, porque mi adrenalina estaba activada. Y ahí fue cuando se activó mi primer pensamiento de miedo “Y si yo soy de esas madres que no quiere a su hija”. Toda la vida había escuchado esas historias y por un momento pensé que yo podía ser una de ellas. Tan pronto la recibí de vuelta, ese miedo se desvaneció, pero no sabia que se avecinaba un huracán de miedos y asuntos sin resolver.
Los primeros meses diría que los pasé en automático. Era despertar, cambiar pañales, dar teta, dormir, despertar, cambiar pañales, dar teta y el ciclo se repetía una y otra vez. Es casi imposible enterarte de algo, todo tu mundo gira en torno a eso. Es como si todo tu mundo se paralizara, pero a la misma vez todo se acelera de manera descomunal...no tenía tiempo para mi!!!! Eso empezó a asustarme y a llenarme de tensión. Lo comencé a sentir en mi mandíbula, la apretaba con mucha fuerza y no lo hablaba con nadie.
Silencié mis miedos, mis ansiedades y todas mis emociones, porque eso fue lo que aprendí toda mi vida, porque no tenia tiempo para hablarlo con nadie, porque no sabia como expresar lo que sentía y porque me daba susto hablar de lo que sentía...debo añadir que también vergüenza...yo era tan fuerte, como iba a ser que no pudiera con la maternidad. Se que muy dentro de mi algo me decía que no me debía sentir así, no se supone que estuviera super feliz porque al fin era madre, no se supone que estuviera rebosante de alegría con mi criatura... pues no lo lo estaba y no sabia lo serio que se estaba poniendo el asunto. A esto le añado la expectativa que todos tenían sobre mi sobre lo super madre que debía ser. Recuerdo como hoy, una noche que mi compañero se retorcía de un dolor abdominal en la casa, por el cual tuvo que ser llevado a emergencia por un vecino, mi niña me vomitó encima de una manera que me asustó mucho por la cantidad que fue y no había evacuado en todo el día...se activaron todos los miedos...y si enfermaba...y si mi esposo le pasaba algo y yo me tenia que quedar sola cuidando de ella y si a mi me pasaba algo, que iba a comer ella...etc, etc.....a esto le añado que el niño que vivía en el apartamento de abajo había muerto ese mismo día y yo escuchaba cuando la madre gritaba pidiendo auxilio. Ah, no puedo olvidar añadir que el novio de mi ahijada hacia unos días había muerto a raíz de un accidente de tránsito...tanto dolor a mi alrededor, tantos miedos!!!! Y yo seguía en silencio!!!
Un día no pude mas y le dije a mi esposo, voy a buscar ayuda no me estoy sintiendo bien. Como el siempre me ha visto tan fuerte, me dijo Ah bueno yo creo que tu lo puedes manejar, pero si quieres, pues te apoyo. Buscar ayuda adonde no sabia a donde ir, pensé en llamar a mi
ginecólogo para decirle como me sentía, pero por miedo lo descarté. A quién llamo, con quién
hablo, no sabía y como me sentía seguía empeorando. Llamaba o escribía a cuanto sitio
encontraba en internet, que entendía que me podían ayudar, pero no recibía respuesta. Hasta
que un día decido llamar a mi doula y esta me recomendó una psicóloga muy asertiva, así la
describió ella.
Luego de varias sesiones, y no sentir mejoría y mucho dinero invertido, decidí no regresar mas utilizando el factor económico como lo determinante. Nunca recibí una llamada de su parte para negociar tarifa, al menos eso espere. Como siempre he sido fuerte y bastante elocuente, ella ni se enteró en las cinco o seis sesiones que tuvimos de lo de lo mal que me sentía. El tiempo seguía pasando y yo no recibía el tratamiento adecuado, pero a donde ir, no sabía. Comenzaron las noches de insomnio, ahí dije...tengo que volver a buscar ayuda esto se está complicando y decidí regresar donde una psicóloga que me había atendido hace mucho tiempo. Su intervención fue desacertada también, solo me dijo tu lo que necesitas es dormir... empieza a tomar melatonina y has un plan de descanso con tu pareja. Si me necesitas me llamas. Recuerdo que en esa única cita, llegué a decirle que hasta había sentido miedo de volverme loca, ella se rió y me dijo eso no te va a pasar, eres de las personas mas cuerdas que conozco.
Así que salí de allí sin rumbo sin dirección y con todos mis asuntos sin un parking donde guardarlos, ahora estaban ahí todos mis miedos al descubierto, todas mis inseguridades y todos mis asuntos sin resolver!!!!! Y ahora que hacer con todo eso y sin AYUDA!!! Recuerdo que planificaba encuentros con mi amigas madres para que habláramos sobre eso, pero ninguna hablaba sobre lo mal que se sentía y yo no tenía el valor para decirles me siento HORRIBLE!!! Al verlas a ellas manejándolo todo tan bien y felices, no me atrevía ponerme al descubierto para decirles lo mal que me sentía. Peor aun cuando hablaba con otras personas y me decían hay tienes que estar super feliz con esa niña, de donde sacar el valor para decir NO, me siento HORRIBLE y la cosa se complicaba porque no podía mirar a mi niña y sonreírle en paz porque estaba tan tensa, tan ahogada y sin tener con quien hablar. Mis horas de sueño cada vez eran menos, mis pensamientos de que nunca iba a mejorar cada vez eran mas, el pensar que me estaba volviendo loca se apodera por horas en mi cabeza, pensamientos intrusivos de hacerle daño a mi niña me desconcertaban mas aun y pensar en hacerme daño a mi me llenaba de terror....lo único que era capaz de hacer era pedirle a Dios que no me permitiera hacerle daño a ella ni a mi...esa no era yo, la ansiedad aumentaba y lo peor de todo que lo antes me funcionó, ya no servia. No había clase de yoga que me relajara, no había respiración que me hiciera dormir.
Luego de cinco meses en casa y cuando se acercaba la fecha de regresar a trabajar mi mamá que se había ofrecido en cuidarla, se echó hacia atrás. Jamás pensé que la ansiedad tuviera una dimensión TAN GRANDE!!!! Donde entonces iba a dejar a mi hija, tenía que regresar a trabajar. En esos días mi ansiedad estaba tan descontrolada que decidir que quería comer me generaba tensión. Recuerdo que mi esposo, me preguntaba que quieres que te haga de comer y ni eso podía responder.
Pues comenzó la tarea de buscar cuidos, visité alrededor de 6 cuido y como era de esperarse ninguno me convencía. Así que se me ocurrió la brillante idea de que la hija de una amiga cuidara de mi Luna. Sí una chica de 22 años que no tiene hijos y que me relaciono muy poco con ella. BINGO, ese primer día fue un desastre, me llamaron al trabajo porque Luna no paraba de llorar desconsoladamente. Me fui corriendo para casa y la despaché. Le dije que la
Luego de varias sesiones, y no sentir mejoría y mucho dinero invertido, decidí no regresar mas utilizando el factor económico como lo determinante. Nunca recibí una llamada de su parte para negociar tarifa, al menos eso espere. Como siempre he sido fuerte y bastante elocuente, ella ni se enteró en las cinco o seis sesiones que tuvimos de lo de lo mal que me sentía. El tiempo seguía pasando y yo no recibía el tratamiento adecuado, pero a donde ir, no sabía. Comenzaron las noches de insomnio, ahí dije...tengo que volver a buscar ayuda esto se está complicando y decidí regresar donde una psicóloga que me había atendido hace mucho tiempo. Su intervención fue desacertada también, solo me dijo tu lo que necesitas es dormir... empieza a tomar melatonina y has un plan de descanso con tu pareja. Si me necesitas me llamas. Recuerdo que en esa única cita, llegué a decirle que hasta había sentido miedo de volverme loca, ella se rió y me dijo eso no te va a pasar, eres de las personas mas cuerdas que conozco.
Así que salí de allí sin rumbo sin dirección y con todos mis asuntos sin un parking donde guardarlos, ahora estaban ahí todos mis miedos al descubierto, todas mis inseguridades y todos mis asuntos sin resolver!!!!! Y ahora que hacer con todo eso y sin AYUDA!!! Recuerdo que planificaba encuentros con mi amigas madres para que habláramos sobre eso, pero ninguna hablaba sobre lo mal que se sentía y yo no tenía el valor para decirles me siento HORRIBLE!!! Al verlas a ellas manejándolo todo tan bien y felices, no me atrevía ponerme al descubierto para decirles lo mal que me sentía. Peor aun cuando hablaba con otras personas y me decían hay tienes que estar super feliz con esa niña, de donde sacar el valor para decir NO, me siento HORRIBLE y la cosa se complicaba porque no podía mirar a mi niña y sonreírle en paz porque estaba tan tensa, tan ahogada y sin tener con quien hablar. Mis horas de sueño cada vez eran menos, mis pensamientos de que nunca iba a mejorar cada vez eran mas, el pensar que me estaba volviendo loca se apodera por horas en mi cabeza, pensamientos intrusivos de hacerle daño a mi niña me desconcertaban mas aun y pensar en hacerme daño a mi me llenaba de terror....lo único que era capaz de hacer era pedirle a Dios que no me permitiera hacerle daño a ella ni a mi...esa no era yo, la ansiedad aumentaba y lo peor de todo que lo antes me funcionó, ya no servia. No había clase de yoga que me relajara, no había respiración que me hiciera dormir.
Luego de cinco meses en casa y cuando se acercaba la fecha de regresar a trabajar mi mamá que se había ofrecido en cuidarla, se echó hacia atrás. Jamás pensé que la ansiedad tuviera una dimensión TAN GRANDE!!!! Donde entonces iba a dejar a mi hija, tenía que regresar a trabajar. En esos días mi ansiedad estaba tan descontrolada que decidir que quería comer me generaba tensión. Recuerdo que mi esposo, me preguntaba que quieres que te haga de comer y ni eso podía responder.
Pues comenzó la tarea de buscar cuidos, visité alrededor de 6 cuido y como era de esperarse ninguno me convencía. Así que se me ocurrió la brillante idea de que la hija de una amiga cuidara de mi Luna. Sí una chica de 22 años que no tiene hijos y que me relaciono muy poco con ella. BINGO, ese primer día fue un desastre, me llamaron al trabajo porque Luna no paraba de llorar desconsoladamente. Me fui corriendo para casa y la despaché. Le dije que la
llamaría cuando me decidiera que iba a hacer, esa tarde decidi no traerla de vuelta. Al otro dia
amanecí con mi niña en el cuido mas cercano a la casa con el propósito de matricular a mi
niña. Yo andaba desesperada, perdida!!! no sabia si eso era lo mejor...no tenia respuestas, las
buscaba y no las encontraba, eso era lo mas desesperante. Eso era algo que no conocía,
siempre había buscado respuestas y siempre las recibir y ahora no...., tenia un miedo horrible
a todo. Pensar en lo que haría en los próximos minutos me preocupaba, me asustaba. Pensar
en que tenia que cocinar, era una tarea GIGANTE que me aplastaba, no sabia si queria comer,
si podia cocinar, si iba a poder hacer una comida para mi y mi esposo. Me sentía tan impotente
y me exigía a mi misma, porque no eres como antes,,,no sabia lo que pasaba, nadie me había
hablado de esto!!!! Por momentos era como si una fuerza bien grande que nada tenia que ver
conmigo se hubiera apoderado de mi y yo no era capaz de combatirla y mucho menos ponerla
en palabras, pero me seguía levantando y “funcionando”.
En muchos momentos pensaba y entendía con gran compasión como muchas personas huian de esa responsabilidad de ser padres. Si han sentido lo que yo sentía, no los culpo por no querer afrontarlo.
Luego de dos semanas de trabajo...BOOM!!! Me enfermo con chikungunya, Luna se enferma con su primer catarro y le comienzan a salir los dientes, por lo que estuvo febril unos días y para colmo me hizo una huelga de la teta...OTRA cosa nueva para mi!!!!! No quería mi TETA!!!! Se iba a morir de hambre, se desihidrataría!!!!, porque aun no comía sólidos por completo!!!!! Regresó la ansiedad y el desespero y yo seguía en silencio!!!! Llamadas de emergencia al Pediatra, demasiado radical con la lactancia, que lo que hacían era ponerme en mas tensión!!!! llamadas a gente que ni conocía, para que me dijeran que hacer con la alimentación de mi chica, me recomendaron de todo, el sinnúmero de profesionales y gente que llamé...que hice NADA, si NADA porque mi estrés se mezclaba con susto y me paralizaba. Pero decidi llevarla a su Pediatra un lunes y cuando le dije como estaba, el me dijo “eso que siente no es normal” la voy a referir con una Psicóloga que se especializa en post parto y me dio su número. Yo me sentía tan mal que no esperé a llegar a casa, la llamé desde el pasillo de la oficina del doctor. Recuerdo estar sentada y oír una voz dulce al otro lado del teléfono que me decía como te ayudo. Le explique que el Pediatra de mi hija me había dado su número. Recuerdo explicarle como me sentía y decirle estas palabras “yo no soy así, me siento bien mal” y ella me dijo te entiendo. Al otro día estaba en Fajardo con una gran amiga que me acompañó a la oficina de la Psicóloga.
Empecé a ver luz, me había topado con un angel, bueno una angela, una mujer serena, dulce y amorosa que escuchó con toda la ternura del mundo cada detalle de lo que contaba. Me escuchaba con amor, con interés con empatía. AY!!!! Que importante, bueno y saludable fue para mi llegar hasta su oficina. Me explicó que todo lo que estaba sintiendo era normal, pero debíamos trabajarlo y por supuseto que estuve de acuerdo! HABIA LLEGADO AL LUGAR ADECUADO CON LA PERSONA INDICADA....Que BENDICION!!! Mi regreso a San Juan fue una maravilla!
Podría decir que volví a la normalidad. Esa visita a la Psicóloga, me trajo tanta PAZ!!! Todo parecía engranar nuevamente, aunque las cosas que no engranaban antes aun estaban ahi, pero ciertamente el desespero y la angustia se habían ido. Fueron varios meses que me comprometí con mi tratamiento y que aun se asoman algunos pensamientos desconcertantes, nada como los que sentía al principio. El trabajo con ella, fue clave en mi recuperación y tengo un gran compromiso con seguir compartiendo mi historia, para seguir sanando y liberando emociones, así como poder ser eco de muchas madres que sufren en silencio por no entender lo que ocurre y por miedo a hablar.
En muchos momentos pensaba y entendía con gran compasión como muchas personas huian de esa responsabilidad de ser padres. Si han sentido lo que yo sentía, no los culpo por no querer afrontarlo.
Luego de dos semanas de trabajo...BOOM!!! Me enfermo con chikungunya, Luna se enferma con su primer catarro y le comienzan a salir los dientes, por lo que estuvo febril unos días y para colmo me hizo una huelga de la teta...OTRA cosa nueva para mi!!!!! No quería mi TETA!!!! Se iba a morir de hambre, se desihidrataría!!!!, porque aun no comía sólidos por completo!!!!! Regresó la ansiedad y el desespero y yo seguía en silencio!!!! Llamadas de emergencia al Pediatra, demasiado radical con la lactancia, que lo que hacían era ponerme en mas tensión!!!! llamadas a gente que ni conocía, para que me dijeran que hacer con la alimentación de mi chica, me recomendaron de todo, el sinnúmero de profesionales y gente que llamé...que hice NADA, si NADA porque mi estrés se mezclaba con susto y me paralizaba. Pero decidi llevarla a su Pediatra un lunes y cuando le dije como estaba, el me dijo “eso que siente no es normal” la voy a referir con una Psicóloga que se especializa en post parto y me dio su número. Yo me sentía tan mal que no esperé a llegar a casa, la llamé desde el pasillo de la oficina del doctor. Recuerdo estar sentada y oír una voz dulce al otro lado del teléfono que me decía como te ayudo. Le explique que el Pediatra de mi hija me había dado su número. Recuerdo explicarle como me sentía y decirle estas palabras “yo no soy así, me siento bien mal” y ella me dijo te entiendo. Al otro día estaba en Fajardo con una gran amiga que me acompañó a la oficina de la Psicóloga.
Empecé a ver luz, me había topado con un angel, bueno una angela, una mujer serena, dulce y amorosa que escuchó con toda la ternura del mundo cada detalle de lo que contaba. Me escuchaba con amor, con interés con empatía. AY!!!! Que importante, bueno y saludable fue para mi llegar hasta su oficina. Me explicó que todo lo que estaba sintiendo era normal, pero debíamos trabajarlo y por supuseto que estuve de acuerdo! HABIA LLEGADO AL LUGAR ADECUADO CON LA PERSONA INDICADA....Que BENDICION!!! Mi regreso a San Juan fue una maravilla!
Podría decir que volví a la normalidad. Esa visita a la Psicóloga, me trajo tanta PAZ!!! Todo parecía engranar nuevamente, aunque las cosas que no engranaban antes aun estaban ahi, pero ciertamente el desespero y la angustia se habían ido. Fueron varios meses que me comprometí con mi tratamiento y que aun se asoman algunos pensamientos desconcertantes, nada como los que sentía al principio. El trabajo con ella, fue clave en mi recuperación y tengo un gran compromiso con seguir compartiendo mi historia, para seguir sanando y liberando emociones, así como poder ser eco de muchas madres que sufren en silencio por no entender lo que ocurre y por miedo a hablar.
Publicado con permiso de escritora
Hola! Buenas Tardes! Yo llevo ya casi un año sintiéndome así. Me he preguntado todos los dias a cada minuto, cada segundo sobre qué es lo que me pasa. Me siento tan angustiada y sobre todo culpable y avergonzada. Quisiera poder tener información sobre como contactarme con la doctora. Me siento desesperada y no se a quien recurrir. Gracias por tu historia porque al menos se que no soy la única a la que le ha pasado estos sentimientos.
ResponderEliminarHola! Buenas Tardes! Yo llevo ya casi un año sintiéndome así. Me he preguntado todos los dias a cada minuto, cada segundo sobre qué es lo que me pasa. Me siento tan angustiada y sobre todo culpable y avergonzada. Quisiera poder tener información sobre como contactarme con la doctora. Me siento desesperada y no se a quien recurrir. Gracias por tu historia porque al menos se que no soy la única a la que le ha pasado estos sentimientos.
ResponderEliminarNaomidy, mi información contacto la puedes ver aquí en el blog. Mi correo electrónico es centroayudapsicologica@yahoo.com. También puedes buscar información adicional en la pagina de Postpartum Support International: www.postpartum.net. Espero podamos conocernos.
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