Bienvenida

Este es un un espacio para expresar y compartir todo lo relacionado a la experiencia de la maternidad y la etapa posparto. Te invito a comentar y/o preguntar lo que intereses sobre este maravilloso y transformador proceso. 
"Estamos embarazadas por 9 meses y posparto... toda la vida." Robin Lim

lunes, 27 de agosto de 2012

Creciendo Juntos: Las Etapas del Desarrollo de los Padres/Madres


Cuando hablamos de las etapas de desarrollo inmediatamente pensamos en los niñ@s. En la medida que continuo adentrándome en los procesos de cambio y crecimiento de las madres y padres durante el embarazo, parto y posparto me percato de la poca importancia que tradicionalmente se nos ha dado a los/as criadores. Tanto en mis estudios profesionales como en mi preparación personal para la maternidad, los libros que leí todos enfocaban en las etapas de desarrollo del feto, del bebé y del/a niñ@. El énfasis puesto en como nuestros estilos como madre/padre moldean a nuestro hij@s.
Ninguno abarcaba el tema del desarrollo de la madre y el padre. 
¿No es esta relación interactiva? ¿A caso no pasamos nosotras por distintas etapas según crece nuestra cría? ¿Quién moldea a quien?
Claramente, toda relación saludable entre seres humanos es una de carácter interactivo.  La relación padre-madre-hijo/a no es una excepción. La realidad es que los padres moldeamos a nuestros hijos y nuestro hijos nos moldean a nosotros. Es una relación activa, viva y cambiante.  Si ellos pasan por etapas del desarrollo así pasamos nosotras también.  Ante este interés encontré un articulo sobre las 6 etapas de ser padres (The Six Stages of Parenthood) descritas por Galinsky que deseo compartir.
    La primera etapa se da durante el embarazo y se conoce como la etapa de la imaginación. Es una etapa marcada por esperanzas e incertidumbre. A medida que aceptamos el embarazo nos preparamos para el mismo y nos ideamos el  parto. Creamos imágenes de cómo queremos ser como padres, como será nuestra pareja, y como será nuestro bebé. Nos ajustamos a los cambios en las relaciones con nuestro padres, amigos y pareja.  
    Con la llegada del bebé entramos en una segunda etapa. Esta se caracteriza por  nutrir y cuidar. Como madres nos enfrentamos al cambio de identidad  que llega junto a nuestro bebé y al reto de balancear nuestras necesidades con las de este nuevo ser. Cambia nuevamente nuestra relación de pareja y cambia nuestra relación con amistades.
    Luego, entre los 2 y los 4-5 años de edad, nuestros hij@s nos invitan a crear limites aceptables. A balancear el poder y la autoridad con la aceptación de la autonomía. Vuelven a moldear nuestro estilo, a poner a prueba nuestra habilidad de  comunicación.  Y haciendo esto nos cuestionamos las imágenes antes creadas de los “hijos perfectos” y los “padres perfectos” que pensábamos ser. 
    Desde los 5 años hasta la pre-adolescencia, nos encontramos en la etapa interpretativa. Mientras que nuestros hij@s expanden su percepción de mundo más allá de la seguridad de la escuela y el hogar, nuestra tarea principal es asistir en la interpretación de ese mundo. En ese interpretar de mundo, nos re-descubrimos nuevamente y nos re-interpretamos como padres/madres e individuos. Reforzamos nuestros valores y creencias para así transmitirla de manera más contundente.  Contestamos preguntas a diario-preguntas filosóficas, espirituales, políticas, sociales. Idealmente proveemos, además, a nuestro hij@s con las destrezas e información necesaria para que continúen expandiendo su mundo de manera responsable.
    En la adolescencia, se nos presenta la etapa de la interdependencia. Una vez más nos miramos como padres/madres y nos re-evaluamos. Aceptar que nuestros ‘bebes’ ya son adolescentes y re-negociar nuestras posturas de autoridad son dos principales tareas durante esta etapa. 
    La sexta etapa, la despedida, ocurre cuando nuestros hijos se van del hogar. Este periodo se caracteriza por evaluaciones.  Mientras los padres se preparan para despedir a sus hijos, realizan un recuento de sus vidas como padres y re-evaluan su proceso. Nuevamente se redefinen roles, identidades, relaciones significativas y medimos nuestros logros y fracasos.
Yo entiendo que nos re-evaluamos y nos re-definimos a lo largo de nuestras vidas. Pero, como madres y padres, estamos más expuestos a esta transformación de manera frecuente. Para  quienes criamos con consciencia, nuestros hij@s nos mantienen en un crecimiento personal sostenido que solo podemos agradecerles.
Nos moldeamos los unos a los otros, creando así nuestra definición de familia. 
Yo creo que el aceptar (en vez de resistir) que estamos en constante cambio y re-definición personal cuando estamos criando nos hace pasar por esta transición de manera más gentil. 

jueves, 2 de agosto de 2012

Reflexión en la Semana Mundial de la Lactancia


Yo soy Lactivista. Fui una madre lactante y lacté hasta que mi hijo así lo quiso. Apoyo la lactancia, a las madres que lactan, a sus bebes y a sus parejas. Pero más allá de Lactivista soy Mujer y apoyo a las madres. Apoyo su bienestar físico, mental y espiritual para lidiar con la responsabilidad de la maternidad sobre su ya ajetreada vida y multiplicidad de roles. Apoyo su derecho a escoger el tipo de crianza que desea para sus hijos/as y su derecho a escoger su bienestar. Apoyo la diversidad y el trasfondo de cada mujer antes de ser madre y después. Por esto, apoyo la toma de decisión de cada mujer, esté de acuerdo con ella o no.

Veo mi labor como una de empoderamiento. Llevo la información basada en evidencia fidedigna para que cada madre que conozco pueda tomar su propia decisión basada en información real validable. Reconozco las recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría y doy fe por conocimiento propio del bienestar de la lactancia para la díada y el apego indescriptible que produce.

Por otro lado y no menos importante, me preocupa que en el esfuerzo de educar e informar sobre los beneficios de la lactancia podamos estar dejando marginadas a un grupo vulnerable de madres que no encuentran espacio para recibir apoyo. Para un 20% de las madres la maternidad no llega bendecida de alegrías. Estas son las mujeres que desarrollan un trastorno de ánimo posparto para las que por su condición el mensaje llega distorsionado.  Ellas escuchan mensajes como estos:

"Si decides no lactar….eres una mala madre.
Si tienes dificultad en lactar…es que estas haciendo algo mal.
Si no disfrutas de la lactancia…tu instinto maternal no anda bien.
Si la relación de la lactancia no fluye…eres incapaz de hacer lo que otras madres logran naturalmente.
Si dejas de lactar…continuaras fracasando como madre."
(Adaptado de “Is Breast Always Best?” de Karen Kleinman)


El malestar que producen estos sentimientos pueden ser obvios en la lectura,  pero la magnitud de su efecto en la vida de una madre que ha experimentado una depresión posparto es devastadora. Los sentimientos de culpa, vergüenza, aislamiento, abandono, y fracaso se suman a los síntomas específicos de la condición y se convierten en barreras adicionales a la recuperación.

Cada mujer-madre tiene su historia personal. Debemos de ser cuidadosas en no convertirnos en jueces de la vida de otras. Apoyemos lo que sabemos es la mejor nutrición para un bebé, sin dejar de ser prudentes cuando emitimos juicios frente a las decisiones de otros, más aun sin conocer los pormenores individuales de esa madre. Las madres que optan por alimentar a sus bebes con formula no lo hacen por negligencia, ni porque no desean lo mejor para su bebé. Mi experiencia ha sido que existe multiplicidad de razones por demás significativas, muchas veces dolorosas, para esta decisión.

Celebremos la semana mundial de la lactancia con respeto. No necesitamos más divisiones entre las mujeres y mucho menos entre madres. Todo lo contrario necesitamos mayor tolerancia y solidaridad en este trabajo humanitario de la crianza. 


martes, 3 de julio de 2012

Justicia: ¿Igual para tod@s?


Para lograr crecer con justicia en nuestra sociedad es importante no olvidar. Cuando escuché la sentencia de culpabilidad en el caso de la Dra. Galinaltis de homicidio negligente, no pude evitar pensar en casos anteriores. No soy experta en justicia pero conozco la importancia de los precedentes y siempre he preferido pensar que la justicia es “igual para todos y todas”.

Me di a la tarea de buscar información de casos anteriores pues, aunque hemos oído de personas que han pasado por una tragedia similar, no recuerdo que hayan sido declarados culpable.

Efectivamente, el 23 de agosto de 2002 ocurrió una tragedia similar donde un padre, tras un olvido, dejó a su hija de un año en el auto donde horas más tarde falleció. El 1ro de abril de 2005, otro padre dejó a su hijo, también infante, varias horas en el carro mientras trabajaba. Su hijo falleció. Ambos padres fueron absueltos. En ley, ¿esto no se conoce como precedentes?

¿Porqué a estos padres no se les encontró culpable como hoy se declaró a la Dra. Galinaltis ?

Una posible explicación fue ofrecida por el tío y padre de crianza de uno de los acusados en el momento antes del juicio en el 2005 : "¿Cuál es la diferencia entre estos dos casos y aquél? Que yo fui senador, soy su tío y su padre...”

Quizás, el poder político en una de las familias que vivieron esta tragedia en el 2005 pudo haber influenciado la justicia.

Pero mi opinión es otra. Me parece que la justicia y la sociedad no miden con la misma vara a las madres y a los padres. Mientras que ambos viven una vida ajetreada, llena de responsabilidades económicas y laborales continúa siendo la responsabilidad de la madre, ante el ojo público, el bienestar y cuidado de los hijos.

La redacción de la noticias en ambos casos anteriores describen a los padres, uno gerente y el otro fiscal, como padres ejemplares que “salieron de su rutina” el día del incidente. Casi exculpando ya el olvido de estos, nos presentan una imagen de padres que no acostumbran a llevar a sus hijos en el auto, dándonos a entender que no es su responsabilidad. Ahora, ¿empatizamos así con el caso de la Dra? ¿No era ella una madre ejemplar también?

Blogs de opiniones se desbordaron desde que conocimos la noticia de la muerte del hijo de la Dra. Galinaltis. Unos criticaban la “sensibilidad” con la que se trató a la madre implicando un trato “preferencial” por su profesión, otros, más rápidos en juzgar, la bautizaron de “mala madre” y hasta se insinuó la posibilidad de que hubiera hecho esto a propósito. La Secretaria del Departamento de la Familia, por su lado, nos invitó a “aprender de estas situaciones” y “establecer prioridades” añadiendo: “Sabemos que hay que trabajar, que hay que buscar la forma de buscar el sustento de nuestra familia, pero hay que tener mucho apoyo al lado”. ¿Cual es el apoyo que brinda el gobierno para las madres trabajdoras?

No en pese a los adelantos históricos que hemos conquistado las mujeres, las diferencias de valoración de género continúan siendo diametralmente opuestas. Unas veces de forma solapada, otras, como en el caso que hoy nos atañe totalmente expuestas.  Me pregunto si los padres de los casos mencionados fueron aconsejados, juzgados, o evaluados porque en la multiplicidad de roles cotidianos, olvidaron a sus hijos en el auto como a la doctora. Ciertamente hemos aprendido una lección de esta decisión judicial: la justicia no es ciega ante el género y mucho menos en año eleccionario.

viernes, 18 de mayo de 2012

"Todos somos productos de la historia de desarrollo en nuestro útero”.

Les invito a ver este video educativo sobre el impacto de las emociones de la mamá en el estado emocional en desarrollo del bebé. Aunque un poco viejo, nos pone en perspectiva el trabajo que se lleva haciendo por años para demostrar la importancia de una buena salud mental en la mujer durante el embarazo y posparto. Continuamos ofreciendo un cuidado prenatal enfocado meramente en la fisiología de la mamá y el bebé cuando sabemos, desde hace tiempo, que no podemos separar el cuidado mental/emocional. Las que tenemos contactos con mujeres embarazadas y posparto regularmente tenemos que preguntar sobre el estado emocional de la mamá, sobre sus miedos y preocupaciones, sobre su relación de pareja, sobre sus expectativas y referir a un profesional de la salud especializado siempre que sea necesario. La salud de nuestra sociedad depende de esto.

lunes, 27 de febrero de 2012

La llegada del bebé y la pareja.


El nacimiento de un bebé impacta la pareja y su dinámica significativamente añadiendo a la relación nuevas emociones  y nuevos retos.
Cuando hacemos el compromiso de traer al mundo a un ser humano, no nos debe sorprender que todo lo que conocíamos como norma se altere.  Aumentan los niveles de estrés y  el sentido de responsabilidad (individual y social),  las finanzas se impactan, y se compromete significativamente nuestro tiempo.

En un estudio realizado por los Drs. Gottman en cuanto a la satisfacción marital, se encontró que hasta un 70%  de las parejas reportan disminución en la satisfacción marital durante el primer año luego del nacimiento del bebé.  Estas parejas reportan que pelean más y que tienen menos intimidad emocional. Esto, a su vez,  tiene unas consecuencias negativas en la relación de pareja pero también en la crianza y desarrollo del bebé.  Por esto debemos de prepararnos como pareja para la llegada de nuestro descendiente y para afrontar los nuevos retos como una familia.

¿Cuáles son los retos más comunes que reportan las parejas durante el primer año del bebé?

La desigualdad en las labores. La tarea del cuidado del bebe tiende a recaer mayormente en la madre. Si bien es cierto que la díada de bebé/mamá es imprescindible para el sano desarrollo y crecimiento del bebé, es cierto también que el padre puede asumir un rol activo en su participación durante esta etapa. Papá puede ofrecer medidas de comfort a mamá, realizar otras tareas en el hogar mientras mamá esta con bebé, y/o cambiar pañales, bañar al bebé, cargarlo, etc.

La comunicación.  La comunicación es otra de las área de mayor reto durante esta etapa.  Se hace más difícil comunicarnos asertivamente pues la mayor parte del tiempo se consume en el cuidado del bebé. Un factor esencial es los patrones de sueños alterados que nos predisponen a estar menos tolerantes y más irritables. Lo que a su vez dificulta la comunicación efectiva. Se recomienda que las parejas logren establecer un tiempo del día para comunicar su sentir y hablar de temas de interés no relacionados al bebé.

Las finanzas.  La llegada de un bebé presenta gastos impredecibles lo que redunda en presiones y estrés adicional. Además, no es poco común que un miembro de la pareja decida dejar de trabajar fuera del hogar para cuidar al bebé. Esta decisión tiene unas implicaciones para quien continuará en su trabajo regular y  quien ahora siente mayor responsabilidad económica sobre sus hombros. También impacta a quien decide encargarse del cuido del bebé pues quizás por primera vez depende de otro para sus finanzas. Este es un tema que si se discute y  se planifica creando un presupuesto y ahorros con antelación se pudiera minimizar su impacto.


Las expectativas. Cuando nos convertimos en padres, vemos por primera vez una parte de nuestra pareja que probablemente desconocíamos. Todos entramos en una relación con un bagaje de creencias y expectativas sobre nuestro rol  como madre/ padre y el de nuestra pareja y hasta del bebé. Cuando estas expectativas no coinciden con nuestra realidad, entramos en un conflicto emocional interno que puede afectar seriamente nuestra relación.

La mejor alternativa para prevenir efectos negativos en la pareja antes de la llegada de un nuevo miembro es prepararse para esta etapa. Es importante crear o reforzar un sistema de apoyo que nos permita tener tiempo libre fuera del cuidado de bebé para compartir y continuar nutriendo nuestra relación.

La maternidad/paternidad es una etapa transformadora que puede resaltar lo mejor de cada individuo y, como consecuencia, en la pareja. Pero debemos ser activos en el proceso y no responsabilizar únicamente al bebé por nuestra relación. La realidad es que el factor que mejor predice un ajuste marital saludable luego de la llegada del bebé es la calidad de amistad que llevaba la pareja antes de tener al bebé.   


Autora: Dra. Marianela Rodríguez-Reynaldo
Psicóloga Clínica

domingo, 29 de enero de 2012


Ayer  pude compartir con un grupo de mujeres maravillosas con historias distintas pero con la experiencia de la maternidad en común. La dinámica de grupo siempre me ha cautivado desde la perspectiva profesional como psicóloga y desde la perspectiva humana. No hay nada que se compare a la apertura honesta entre seres humanos sobre una historia personal. El compartir lagrimas, un toque alentador y sonrisas nos humaniza y nos sana.
Al grupo de apoyo de ayer asistió una mujer quien experimentó dos pérdidas perinatales –una en el año 1970 y otra en el 1971. Su historia es tan relevante y vigente como si hubieran pasado hoy. Cuarenta años mas tarde logra encontrar un espacio como el de ayer con mujeres que entienden su pérdida y le permiten hablar de ella sin temor. Cuando no nos permiten llorar, las lagrimas se nos acumulan por años.
Su historia nos impartió esperanza por su entereza personal y porque pudimos notar ciertas diferencias en el trato hospitalario. En los años 70,  no le enseñaban los bebes a las madres-se los llevaban de su vientre y “disponían” de ellos como les dictara la conciencia. Esto resultó en un sin numero de madres que nunca conocieron a su bebé que perdieron, que cuidaron y que amaron por el tiempo de su gestación. Estas madres y padres no tienen a donde ir a recordar a sus hijos, no tienen más que el recuerdo en su corazón.
Hoy en día, aunque nos falta MUCHO por hacer,  la mayoría de los hospitales parecen reconocer el derecho de los padres de escoger ver a su bebé y de decidir donde enterrarlos o cremarlos. Sin embargo, escuchamos también historias de hoy donde la insensibilidad permean, donde los comentarios hirientes son la norma y el reflejo de un miedo social-cultural a hablar abiertamente sobre la muerte.
Es asombroso las prácticas y reacciones de algunos profesionales de la salud ante la vulnerabilidad y vivencia de madres, padres, abuelos/as, hermano/as, tío/as que han perdido un ser tan esperado. Espero poder aportar al crecimiento de estos profesionales para que mejoren sus destrezas de comunicación y su humanización ante el duelo de otro/a. Entiendo que al reunirnos  en estos espacios de apoyo no solo sanamos nuestras heridas de la manera más humana sino que preparamos el camino para los cambios necesarios a nivel social. 

“En una última y violenta protesta contra lo inexorable de una
muerte inminente, sentí como si mi espíritu rasgara mi tristeza
interior y se elevara por encima de aquel mundo desesperado,
insensato, y por algún lugar escuché un victorioso “sí” en
respuesta a mi pregunta sobre si la vida escondía en último
término algún sentido”. VFrankl

sábado, 14 de enero de 2012

Estudio sobre la violencia en pareja y posparto


HONG KONG (Reuters) - El 40 por ciento de las mujeres que padecen depresión luego de dar a luz son abusadas física o emocionalmente por sus parejas, informaron el miércoles investigadores de Australia, quienes instaron a los trabajadores sanitarios a estar más atentos al tema.
"Este es un mensaje muy importante para llevar a los profesionales médicos", dijo Hannah Woolhouse, del Instituto de Investigación Infantil Murdoch en Victoria, Australia.
"Si están trabajando con una mujer con depresión posparto, deberían considerar la posibilidad de que la violencia de pareja pueda estar contribuyendo a esto", agregó.
Entre las posibles soluciones se encuentran ofrecer tratamiento a la pareja abusadora, brindar asesoramiento de pareja, o incluso dar asilo a las mujeres abusadas, indicó la experta durante una entrevista telefónica.
En su estudio sobre 1.305 madres primerizas, Woolhouse y colegas hallaron que 210, o el 16 por ciento, había desarrollado depresión en los 12 meses posteriores al nacimiento de sus hijos.
"Alrededor del 40 por ciento de las mujeres que reportaban síntomas depresivos también informaron violencia de pareja", escribieron los investigadores en un artículo publicado en BJOG: An International Journal of Obstetrics and Gynaecology.
Luego de tener en cuenta otras posibles razones como la edad y el desempleo, el riesgo de experimentar depresión posparto era tres veces mayor en las mujeres que padecían abuso emocional, comprado con aquellas que no sufrían ningún tipo de abuso, señalaron los autores.
El riesgo era cuatro veces mayor entre las madres que experimentaban abuso físico.
"El abuso emocional es mucho más común que el abuso físico (...) y es igualmente dañino", dijo Woolhouse.
La investigación también reveló que la mayoría de las mujeres informaban depresión más de seis meses después del parto.
"En Australia y el Reino Unido, el control de la depresión tiene lugar en los primeros meses luego del nacimiento, por lo que probablemente se perderían más de la mitad de los casos de depresión", manifestó Woolhouse.
"Estaríamos recomendando que los profesionales indaguen regularmente en las mujeres sobre el bienestar mental y emocional", finalizó la investigadora.


http://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/news/fullstory_119504.html