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sábado, 20 de febrero de 2016

El Zika y la salud mental maternal



La incertidumbre es un sentimiento común durante el periodo de concepción, embarazo, parto y posparto especialmente si se trata de una madre o familia primeriza. En estos días de noticias de alerta y prevención masiva dirigida a la mujer en planes de concebir o actualmente gestando, los sentimientos de preocupación y alarma parecen ser la orden del día. El desconocer lo que podría ocurrir nos deja un sentimiento de falta de control el cual puede traducirse en miedo y ansiedad. 

Ante la campaña contra el virus del Zika, los/as profesionales de la salud materno-infantil debemos estar más atentos que nunca en cuanto a la salud emocional de la madre. El deseo de la madre por proteger a la criatura que lleva en su vientre está siendo amenazado. Ante la amenaza, el cuerpo reacciona con ansiedad y la respuesta fisiológica es de ‘lucha/huida’.  Estas reacciones tienen un impacto directo en la madre y en el desarrollo de bebé en el útero. Los estudios sobre la ansiedad en la etapa perinatal son contundentes en cuanto a la gama de consecuencias que dicha ansiedad, no tratada adecuadamente, puede generar. Entre estas están: complicaciones durante el parto, incluyendo mayor reportes de parto traumático (Keogh, et. al 2002), mayor cantidad de partos por cesáreas (Andersson et.al , 2004), alta incidencia de parto prematuro y bajo peso al nacer (Hedegaard et al, 1993), depresión posparto (Austin, 2007), efectos adversos en el neurodesarrollo de bebé y problemas de conducta a largo plazo (Dunkel & Tanner, 2012).

Ante este panorama la salud mental maternal debe ser una prioridad. El cernimiento, referido y tratamiento adecuado son esenciales para la estabilidad y bienestar emocional de la madre y del bebé. Los/as profesionales de  la salud cuentan con instrumentos de cernimiento como lo son el Edimburgo, PHQ y GAD-7 que les pueden facilitar la identificación de trastornos como la ansiedad y la depresión durante el embarazo. Además, el tomar el tiempo de escuchar a la madre y sus preocupaciones relacionadas al contagio, su salud y la de su bebé debe ser siempre la regla de oro que guíe a los/as profesionales de la salud materno-infantil sobre todo en situaciones como las que nos toca vivir en este momento histórico.  

¿Cómo saber cuándo referir a un/a especialista de salud mental?

La ansiedad, en el mejor de los casos, puede presentarse como un agente motivador  para quien la experimenta y le permite actuar de manera proactiva. Esto se puede ver en una madre/familia gestante que busca información sobre su proceso y sus riesgos para apoderarse y tomar decisiones informadas. Por otro lado, la ansiedad cuando se convierte en patología paraliza a quien la padece e interrumpe su funcionamiento y bienestar cotidiano. Madres que presenten pensamientos recurrentes e intrusivos sobre los peligros del virus, que limitan sus actividades y salidas por miedo a ser contaminadas y se presentan agobiadas ante tanta preocupación ameritan se les provea un espacio para ventilar y aclarar estas preocupaciones más a fondo. Ese es un buen momento para sugerir una consulta de un/a especialista de salud mental. Es importante VALIDAR el sentimiento de esa madre, ya que es una respuesta esperada ante el bombardeo de una campaña sobre los riesgos de un virus, que es nuevo, y del cual se nos han presentado especulaciones de consecuencias no alentadoras. 

¿Qué tipo de tratamiento se recomienda para madres con ansiedad?

De los tratamientos basados en evidencia para la ansiedad perinatal, la terapia cognitiva-conductual es una de las más estudiadas y recomendadas. Sus técnicas han mostrado ser poco invasivas y de mucha efectividad.

Técnicas como el uso de la visualización, la escritura, evaluación de evidencia, respiración diafragmática y herramientas de ejercicios de conciencia plena, son solo algunas de las alternativas que han resultado ser muy efectivas para el manejo de la ansiedad.

Es importante que las madres y familias reciban una evaluación responsable de riesgo para que así puedan tomar decisiones acertadas sobre su bienestar y el de su familia. El alarmismo no conduce al bienestar solo al miedo, a la ansiedad.

Nos toca ahora ser espectadores del impacto que esta campaña de prevención tendrá a largo plazo, no tanto en posibles casos de nacimientos con microcefalia que es una consecuencia aun no validada por la OMS, sino en los nacimientos prematuros, en partos traumáticos, en partos por cesáreas y en trastornos emocionales posparto donde si está más que probado que la ansiedad juega un papel determinante.



Referencias
Andersson, L., Sundström-Poromaa, I., Wulff, M., Åström, M., & Bixo, M. (2004)
Implications of antenatal depression and anxiety for obstetric outcome. Obstetics & Gynecology, 104 (3), 467-476
Austin, M., Tully, L., Gordon, P. (2007) Examining the relationship between antenatal
anxiety and potnatal depression. Journal of Affective Disorders 101 (1-3), 169-174.
Dunkel Schetter, C., & Tanner, L. (2012). Anxiety, depression and stress in
pregnancy: implications for mothers, children, research, and practice. Current Opinion in Psychiatry, 25(2), 141–148. http://doi.org/10.1097/YCO.0b013e3283503680
Hedegaard, M., Henriksen, T. B., Sabroe, S., et al (1993) Psychological distress in
pregnancy and preterm delivery. BMJ, 307, 235 -239.
Keogh, E., Ayers, S., & Francis, H. (2002) Does anxiety sensitivity predict post-traumatic stress symptoms following childbirth? A preliminary report. Cognitive Behaviour Therapy, 31(4), 145-155.
Lou, H. C., Nordentoft, M., Jensen, F., et al (1992) Psychosocial stress and severe prematurity. Lancet, 340, 54 .
O'Connor, T. G., Heron, J., Golding, J., et al (2002) Maternal antenatal anxiety
and children's behavioural/emotional problems at 4 years. Report from the Avon Longitudinal Study of Parents and Children. British Journal of Psychiatry,180, 502-8.